Septiembre tras septiembre

13.09.2014 23:13

Se acaba el verano, vuelta a las aulas. Primer curso para la nueva LOMCE, obra cumbre del insigne ministro Wert. Los primeros en comenzar fueron los pequeñines de la Comunidad Valenciana, que han tenido el honor de conocer de primera mano lo fresquito que se está en una clase a la una de la tarde, sin apenas ventilación ni aire acondicionado y con el sol apretando a 35 grados en la calle. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa pifia de inicio con su propia denominación, confundiendo calidad con cantidad.

Estos que están y aquellos que estuvieron han logrado cargarse el sistema educativo. Pero como dije en cierta ocasión, estos que están y aquellos que estuvieron no son extraterrestres. Surgieron del pueblo. Y nuestro pueblo es como es. Cargar toda la responsabilidad a los políticos no me parece justo. Sirva como ejemplo mi ciudad, donde las calles no pueden estar más sucias. ¿Son responsables los gobernantes locales? Por supuesto, pero la mierda no llueve del cielo. No existen excusas válidas para los guarros. Ni siquiera la ausencia de papeleras. En Japón te puedes pegar una hora con un papel en la mano y no encuentras una papelera donde depositarlo. Y las calles no pueden lucir más limpias. La diferencia de mentalidad es evidente. El otro día, en el estadio, tuve la sensación de ser el único tonto que no arrojaba las cáscaras de las pipas al suelo. Y hablando de fútbol: ¿son los políticos responsables de que desde que empieza un partido hasta que acaba no se pare de escuchar insultos a técnicos, jugadores y árbitros? Da vergüenza y asco esa continua violencia verbal. Ese tipo de educación no se aprende en las aulas. A lo sumo se muestra, pero donde se mama es en la sociedad, en el seno de las familias. En el ejemplo. Y me temo que a día de hoy actitudes ejemplares solo se pueden lograr y transmitir a base de sanciones, porque parece que no somos capaces de comportarnos como personas civilizadas. Eso lo primero y luego construir un modelo eficaz de base, donde se potencien los valores, no materias teóricas teledirigidas según determinados intereses religiosos, nacionalistas o políticos.

Pero ahí estamos, septiembre tras septiembre, con la misma imagen en pantalla. Comenzamos las clases, entrevistas a los más pequeños, a padres, a maestros, la reina que acerca al cole a sus hijos, bla, bla, ba. Sandeces. A ver cuándo, de una puñetera vez, algún informativo comienza así:

Se inicia el curso escolar y seguimos con los mismos problemas: los maestros han perdido su autoridad, los padres se les enfrentan, cuestionan sus métodos, los demandan por chorradas, no se cubren las bajas, el personal docente ve disminuir día a día sus emolumentos, los ratios de alumnos por clase aumentan, las obras en los colegios se retrasan, los alumnos pasan de curso sin alcanzar los niveles mínimos exigibles, no se frena el absentismo escolar, el nivel cultural medio es bajísimo, el contenido curricular absurdo, las becas son una miseria, se manipulan las pruebas de diagnóstico, se falsean datos para la adjudicación de plazas, se obvian ingresos para obtener ayudas sociales de comedor o aulas matinales, se pierde la vocación, acaban estudiando magisterio muchos estudiantes que por nota no pueden acceder a otras carreras, los inspectores adoptan resoluciones salomónicas para contentar y no para optimizar, asignaturas que no sirven para nada siguen pegadas al sistema educativo, si un niño se cae y se hiere la culpa es del colegio por no ser redondo, si un niño suspende la culpa es del profesor que no sabe enseñar, el número de interinos que cambia de plaza sigue siendo muy alto, no se mantienen las instalaciones, no existen planes actualizados de evacuación, no se toman las medidas adecuadas de protección de riesgos, no se siguen programas adecuados de desinsectación y desratización, no se pintan las dependencias con regularidad, no se les exige a los niños o a sus padres que cuiden las instalaciones y un larguísimo etcétera que ocuparía varias páginas.

Comienza el curso y la educación, un año más, cae en picado. PERDEMOS EDUCACIÓN A TODOS LOS NIVELES. Ese debería ser el titular, no los niños con sus mochilitas, como todos los años, y todos tan contentos.