Una década, tres novelas

18.03.2019 18:53

Ha pasado casi una década desde el día que decidí iniciar los pasos para construir mi primera novela. El eterno olvido me proporcionó grandes satisfacciones, no solo por el hecho en sí de haber escrito un libro, algo que en cierto modo aún se consideraba un logro, sino por la excelente acogida que me brindaron las primeras lecturas. Casi de una manera natural, tal vez movido por la euforia, me volqué en la difusión. Puede que eso fuese lo que impulsara el éxito. Ya entonces comprendí que no existía prácticamente ninguna posibilidad de conseguir lectores si no invertías hasta la saciedad en promoción. Esto implicaba un trabajo inmenso (a añadir a los propios derivados de la autoedición): crearte un perfil, inscribirte en todas las redes sociales y no dejar de postear, intervenir en los foros, en los blogs, interactuar y machacar a diario (bombardear) con las reseñas, las clasificaciones, la sinopsis, la portada de tu novela. No, no se trataba solo de escribir. Así que por mi forma de ser, carácter algo reservado y mi particular enfoque sobre el aprovechamiento del tiempo en una vida corta y finita, decidí que ese ritmo acaparador y estresante no iba conmigo. Un tiempo después publiqué El amo del fuego y, en efecto, sin el respaldo promocional que proporcionara a mi primera novela, el número de descargas cayó en picado. Las personas cercanas o dentro de mi círculo de conocidos y los que llegaron gracias a la iniciativa de lectores apasionados, como Laky, que volvió a organizar una lectura conjunta. No es descartable que la segunda novela no estuviera a la altura de la primera, pero créanme cuando les digo que la calidad de una obra, lamentablemente, no es el principal factor que determina su éxito.

Un tiempo después de asumir este paso atrás arranqué la escritura de la tercera novela sin saber muy bien qué haría con ella. Descartado por los principios expuestos la promoción exhaustiva, pensé, sin más, presentarla a mi grupo de lectores fieles, siempre dispuestos a descubrir qué clase de historia retorcida había maquinado. El problema era que, por la propia naturaleza de esta novela (ya lo comprobarán), se me antojaba que debía firmarla bajo seudónimo. Y así nació Harry Ursine ─mi nombre en inglés─. Me creé un perfil en Twitter y me volví participativo, algo hasta entonces inusual en mí. Le conferí a esta cuenta un carácter más intimista y mis tuits comenzaron a ser correspondidos con RT y me gusta. He de confesar que descubrí en Twitter un lugar donde mucha gente puede lanzar su voz. Unos a las que la vida les sonríe y otros que se sienten aislados, incomprendidos e incluso hundidos, y que encuentran en este medio desahogo, respaldo y compañía. Puede que este sea el mayor valor de las redes. Cierto es que abunda el politiqueo, la crispación y el extremismo en las ideas, pero prefiero quedarme con lo bueno, que no es poco. Y si lees con atención e interactúas, acabas conociendo a personas interesantes, con cosas serias y hermosas que decir.  

De modo que me colé en otro mundo con otra identidad y anuncié la publicación de La hora b, mi nueva novela, como si empezara de cero. Y es justo en ese punto (a buenas horas) cuando me invade la fatídica pregunta: ¿qué hago yo, a estas alturas, empezando de cero? Nuevas dudas aparecieron de inmediato: ¿qué le digo a los que me continúan preguntando cuándo publicaré la siguiente novela?, ¿cómo la van a conocer si la publico bajo otro nombre? En resumidas cuentas, que la idea del seudónimo podría casar bien con la esencia de la novela, pero no con mis circunstancias. Y así es como, solo habiendo adelantado la noticia unos días, el 20 de marzo, Día Internacional de la Felicidad, se publica en Amazon.

La hora b es una novela distinta a las anteriores por su trama, pero en la línea de mi forma de narrar. Difícil también de encasillar, con capítulos cortos y acciones directas, y espero que con el ritmo de aceleración habitual en mis trabajos para lograr una lectura fluida. En literatura, de siempre me gustó la palabra trepidante, pero ese es un adjetivo de uso exclusivo para los lectores.

amzn.to/2C9YPIc

Para todos mis simpatizantes, seguidores y lectores, se encuentra al precio mínimo de 0,99 € solo hasta final de mes. Pueden adquirirla desde ya en este enlace de Amazon, aunque se transferirá mañana a sus dispositivos: Quienes no utilicen lectores digitales, pueden descargar gratis el lector Kindle para ordenadores que posibilita leer directamente ahí. No me mueve ningún interés económico, por lo que no me importa mandársela en formato pdf a quien me la solicite, pero entiendan que la adquisición por Amazon ayuda (y mucho) a que la novela sea conocida por otros usuarios.

Espero que disfrutéis con ella tanto como yo escribiéndola.