Nacer sin suerte

26.02.2014 19:50

Nació timorata, sin llamar la atención, sin el beneplácito de su autor, que había proyectado para ella un destino más modesto. No hubo flechazo. No creció veloz, como su hermana, con la ilusión y el entusiasmo de la novedad. Se tuvo que ganar el calor y el cariño de su progenitor poco a poco, palabra a palabra, capítulo a capítulo, sobrellevando con paciencia largos intervalos de ausencia, de abandono.

Dos años y medio. Ese tiempo separa la primera palabra de la última. Ahora sí, la segunda novela. Acabada. Deseando afrontar su puesta en sociedad, se entrega temblorosa a los lectores de prueba. Pero la suerte no quiere acompañarla. Solo uno de los tres minuciosamente elegidos, el más cercano y, por ende y sin que lo pretenda, el menos objetivo, emite su informe. Los otros dos, bloguero y lector empedernidos, se excusan un mes después. Circunstancias inesperadas les impiden cumplir su compromiso.

Hay que sobreponerse y seguir adelante. La portada está en marcha, encargada a un diseñador de confianza. Pero las semanas pasan, tiene demasiado trabajo y un favor no puede convertirse en una obligación. Es mejor no continuar.

Han pasado seis meses desde el punto final. Hace mucho que acabó la revisión. En paralelo a los preparativos para la autoedición, la novela se presentó a un concurso. Otra vía. Supone un sacrificio porque hay que aguardar varios meses, se presentan cientos de títulos y las posibilidades son escasas. El fallo tendría que estar a punto de hacerse público, pero, de repente y sin más explicaciones, lo postergan siete meses. No se puede tolerar. Novela retirada.

Parece que todo le sale mal a la pequeña, que no podrá llegar a la altura de la primera. Pero ya está formada y merece ver la luz. Pese a los reveses, lo va a intentar. Otra historia. Otra época. Otros personajes. Otra trama. Todo tan distinto y a la vez tan semejante. Ya está en marcha la maquetación y la portada, últimos pasos.

No, mi segunda novela no arrancó con buen pie y no ha gozado de ningún privilegio, pero el lector será quien tenga la última palabra. Si no hay más contratiempos, disponible en este mes de marzo.